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En concreto, en este ámbito los nuevos retos son las nuevas enfermedades
generadas por los nuevos riesgos tales como estrés, techno-estrés, adiciones
tecnológicas, efectos de la biotecnología y la microelectrónica, robots, uso
de impresoras 4D, nanotecnología, nuevos riesgos químicos, entre otros; y
los colectivos vulnerables (mujeres, jóvenes, personas discapacitadas y
migrantes), ya que como desarrollan su actividad en peores condiciones que,
en muchas ocasiones, supone un mayor esfuerzo físico y largas jornadas de
trabajo, tendrán más dificultad en acceder a puestos de trabajo saludables.
Tampoco hay que olvidar a los nuevos grupos que plantean nuevos retos,
por ejemplo, aquellos y aquellas que teletrabajan, que desarrollan su activi-
dad fuera del centro de trabajo, dificultando la aplicación de medidas de
prevención de riesgos y con mayores probabilidades de desarrollar largas
jornadas de trabajo; o el trabajo a través de plataformas, cuya tendencia
actual es a excluirlos de la protección del derecho del trabajo; ni tampoco a
los trabajadores autónomos con todas sus especialidades. A todas estas cues-
tiones se une la necesidad de adaptarse a los nuevos desafíos en materia de
jornada y descanso que está provocando el nuevo entorno digital, con todas
las implicaciones que tiene, por ejemplo, la reivindicada desconexión digital
y la buscada corresponsabilidad, con consecuencias claras en la salud de los
trabajadores o, más bien, de las trabajadoras.
La idea de la cultura preventiva precisa valorar todos estos elementos y
promocionar que los Estados regulen políticas adecuadas en este ámbito,
pero también que los distintos agentes sociales se conciencien y conciencien
a los trabajadores y las trabajadoras en esta materia de acuerdo con el nuevo
panorama. De nuevo, por tanto, esta obligación recae sobre todos en la línea
marcada en general por los ODS, incluidos los trabajadores y las trabajadoras
que tendrán que adaptarse a los nuevos retos que se le plantea a su salud.
UN TRABAJO BIEN REMUNERADO, ELIMINANDO TODAS LAS
BRECHAS
Esta característica del trabajo decente, su adecuada remuneración, está
muy relacionado con la idea de erradicar la pobreza. Como ya se ha seña-
lado, si bien en el ODS núm. 1 ya no se menciona como en los Objetivos
del Milenio que sea preciso la erradicación de la pobreza extrema, su elimi-
nación, aún sin el adjetivo «
extrema
», sigue siendo una prioridad. La inesta-
bilidad política, la dependencia de la inversión exterior y la falta de estruc-
turas jurídicas elevan este riesgo en ciertos países y obviamente tener un
puesto de trabajo reduce las posibilidades de caer en esta situación, pero no
Trabajo decente y sostenible: con derechos, sin discriminación, saludable, bien ...
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