

(19) Esta idea es defendida por la autora en «La evolución de las pensiones de jubilación y
viudedad desde la perspectiva de género»,
Lan Harremanak
, núm. 38, 2017-II.
salarial, sus condiciones laborales les reducen las opciones de alcanzar las
cotizaciones adecuadas para conseguir una pensión suficiente en el futuro.
Como ya se ha puesto de manifiesto, la brecha salarial tiene unas conse-
cuencias nefastas en las pensiones. Las mujeres cotizan menos y luego obtie-
nen, si es que les es posible cumplir las condiciones exigidas, las pensiones
más bajas. Los sistemas suelen buscar remedios para compensar estas caren-
cias, tales como, por ejemplo, el reconocimiento de cotizaciones ficticias
relacionadas con la maternidad, complementos en la misma línea o incluso
reparto de contribuciones entre los matrimonios para compensar a las muje-
res por su doble actividad. En cualquier caso, solo se trata de parches del
sistema, recayendo sobre el mercado laboral la verdadera solución de esta
situación. Dicho en otras palabras, la igualdad en el mercado laboral será lo
que lleve a superar las brechas de salario y consecuentemente las prestacio-
nales.
En muchas ocasiones, por otro lado, las mujeres quedan protegidas por
las prestaciones que perciben sus cónyuges o parejas, y a su fallecimiento
acceden a ayudas que han generado los primeros. Así, son atendidas a través
de derechos derivados y no propios. Sin embargo, desde aquí se defiende
que todos los ciudadanos tengan sus prestaciones por sí mismos, como dere-
chos propios, y no como derivados de otros que contribuyeron que, en cierto
modo, no permite la independencia económica que debe promoverse desde
las metas del ODS núm. 5
(19)
.
En cualquier caso, la eliminación de la discriminación en el mercado
laboral de las mujeres a través de la flexibilidad de la actividad laboral y, en
general, el fomento de las medidas de corresponsabilidad, que conlleve a la
desaparición de la brecha salarial, acabará, sin duda, con la brecha presta-
cional. E idéntica conclusión podrá hacerse en el caso de la reducción de las
barreras laborales del resto de los colectivos especialmente vulnerable. En
definitiva, la protección social adecuada depende en gran medida de la exis-
tencia de medidas que promocionen el trabajo decente y sostenible en el
resto de sus aspectos.
Con el fin de buscar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones a la
vista de los problemas generados por el envejecimiento de la población, en
muchos Estado se está planteando el traspaso desde sistemas de reparto a
otros de capitalización. Es decir, que en vez de que los activos soporten las
Trabajo decente y sostenible: con derechos, sin discriminación, saludable, bien ...
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